Buen domingo para todos,
Vamos cortito y al pie.
Hay una frase que siempre repito tanto con mi equipo como con mis clientes:
"Lo que no se puede medir no se puede mejorar".
Aunque muchas veces pensamos en esta frase en términos de métricas de negocio como procesos, ventas, marketing o redes sociales, también podemos verlo desde otra perspectiva.
Este principio no se aplica solo a los números, también tiene que ver con la vida misma. Medir cómo nos sentimos, qué nos hace bien y qué nos hace mal, es esencial para construir una vida que realmente nos acerque a lo que deseamos.
¿Cuántas veces te detuviste a analizar cómo te sentiste después de una determinada situación?
Nos pasa a todos: pocas veces frenamos para evaluar realmente nuestro estado emocional y mental.
Por eso quiero que tomes esto como una invitación a medir tus días:
Hacete estas preguntas todos los días.
El interés compuesto de responderlas te va a ayudar a conocerte mejor.
Y con el tiempo, vas a poder identificar patrones para tomar mejores decisiones, tanto en lo personal como en lo profesional.
La idea es simple: hacé más de lo que te hace bien y menos de lo que te hace mal.
Podés delegar cualquier parte técnica del negocio, pero tu mente no es delegable.
Como líder, tu mentalidad influye directamente en las decisiones y los resultados del día a día.
Si le diera mi negocio a una persona sin la mentalidad correcta, lo llevaría a la quiebra, sin importar qué tan bien funcione el negocio.
¿Qué significa esto?
No es el negocio. Es la persona.
Cuando podés desbloquear tu mente, podés desbloquear todos los resultados que tenés hacia adelante.
Por eso con cada cliente que ingresa a Mastery Haus, mi firma de consultoría, lo primero que hacemos es dedicar una semana a trabajar la mentalidad.
Y quiero compartir parte de este ejercicio a ustedes.
Porque aplica tanto para los negocios como para lo que sea que estes buscando lograr en tu vida.
Muchas veces vivimos la vida como en piloto automático. Y damos por ciertas muchas creencias que son del contexto y no propias.
La pregunta acá es: ¿cómo se rompe con el modo predeterminado?
La clave está en la calidad de las preguntas que te hacés.
Como dijo Tony Robbins:
“La calidad de nuestra vida es un reflejo directo de la calidad de las preguntas que nos hacemos”
Por eso voy a dejarte un ejercicio práctico para que hagas esta semana:
→ ¿Qué cuento me cuento?
Nuestros resultados son solo la punta del iceberg.
Para alcanzar lo que nos proponemos, necesitamos reconfigurar nuestro cerebro e ir más profundo, hacia lo no visible.
Esto se basa en principios de la psicología cognitiva y la programación neurolingüística (PNL): nuestra percepción de la realidad está determinada por nuestros pensamientos y creencias.
Entonces:
1. Conciencia del estado actual:
Primero, identificá esas frases que repetís sobre vos mismo, tus resultados y tus circunstancias. Por ejemplo:
“No soy lo suficientemente bueno”: Esta creencia se manifiesta como una falta de confianza y autoestima.
“No puedo hacer esto porque nunca lo he hecho antes”: Limita tu capacidad de probar cosas nuevas, basado en la suposición de que la falta de experiencia equivale al fracaso.
“El éxito es solo para los afortunados o privilegiados”: Socava el papel del trabajo duro y la perseverancia, creando una sensación de desesperanza.
2. Reconocer y comprender tus patrones de pensamiento actuales:
Ahora vamos a ir un paso mas adentro de esas creencias. Preguntate:
¿Cuál es el cuento que vas a examinar?
3. Creamos la nueva realidad:
Ahora es momento de cambiar activamente tu perspectiva.
- ¿Qué nuevos pensamientos y creencias quiero comenzar a construir?
- ¿Qué sentimientos generan esos nuevos pensamientos y creencias?
- ¿Cómo me comporto una vez que me siento de esa manera?
- ¿Qué logro una vez que empiezo a comportarme así?
4. Práctica regular:
Implementá este sistema de pensamiento cada vez que aparece una creencia limitante. Transformá este proceso en un sistema diario. Si no reemplazás los pensamientos pasados con los nuevos, nada cambiará.
Recordá: no es el negocio, es la persona. Transformá tu mente y transformá tu vida.
Y si tenés un negocio de servicios en marcha y querés crecer a largo plazo, de forma seria, sólida y estratégica podes aplicar a Mastery Haus tocando acá.
Puede que hayas pasado años en la universidad preparándote para ser un gran profesional. O quizás desarrollaste habilidades en un oficio que se convirtió en tu mayor activo para emprender.
Pero hay un problema, y es uno que nos afecta a todos.
En ninguna etapa de nuestra vida nos enseñan cómo crear negocios que realmente funcionen.
A mí me pasó lo mismo. Pero hay una herramienta fundamental para avanzar con seguridad hacia lo que queremos lograr y que pocos usan: pedir ayuda.
Apalancarnos en las personas que ya recorrieron el camino que estamos transitando es la mejor aceleradora de resultados.
Hay educación alternativa, cuentas de alto valor en plataformas como Youtube, libros y muchas más formas de nutrirnos de la experiencia de otros.
¿Vos pedís ayuda?
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“Nada en la vida hay que temer, solo hay que entenderlo. Ahora es el momento de comprender más, de modo que podamos temer menos”.
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